¡Goodbye, Google!

Las redes sociales se han convertido en el buscador más usado por las nuevas generaciones, sobretodo por los Gen Z o Centennials. El uso que hacen de internet ha relegado a Google a ocupar el espacio de un buscador más, un motor de búsqueda cualquiera al que no acceden tan a menudo como Google quisiera (el 40% de esta generación utiliza TikTok o Instagram para realizar búsquedas*).

Esta nueva generación busca la información en las mismas redes sociales en las que participa e interactúa. “¿Para qué salir a encontrar fuera lo que seguro alguien ya se ha ocupado de explicar aquí dentro?” Quieren buscar en menos pasos, de forma más inmediata y con la garantía de encontrar resultados absolutamente peer reviewed, ya que al fin y al cabo, las respuestas que están buscando las deben haber generado ya otros usuarios en ese mismo entorno.

Los nuevos buscadores y la batalla por la atención de los jóvenes.

Asumámoslo, Google es boomer. Se ha quedado antiguo y ya no es todo lo fiable que era. Hay tantos intereses, tantas marcas, tantas posibilidades de patrocinio para posicionar unos resultados sobre otros, que no está garantizado que encuentres lo que buscas, pero sí lo que Google quiere que encuentres. Aún así sigue siendo el motor de búsqueda favorito de nuestro país (95,2% de todas las búsquedas en España*).

El dominio absoluto del mercado por parte de esta bestia de la world wide web va a la baja, y aunque debido a su gigantesco tamaño tardará en caer y lo hará lentamente, sin duda caerá. Y esta caída ya ha empezado, con el ascenso de estas nuevas generaciones de cibernautas nativos que no tienen la “googledependencia” que sí padecemos, aún, muchos de nosotros.

Una de las claves reside en los vínculos de confianza U2U (user to user) que se establecen en las redes sociales. Cada vez más nos informamos a través del contenido que otros usuarios crean en estas plataformas, en ocasiones otorgándoles la fiabilidad de un medio tan reputado como el New York Times o El País. Content Creators en los que confiamos (muchas veces a ciegas) por la cercanía y la confianza que nos transmite el hecho de que:

Una de las claves reside en los vínculos de confianza U2U (user to user) que se establecen en las redes sociales. Cada vez más nos informamos a través del contenido que otros usuarios crean en estas plataformas, en ocasiones otorgándoles la fiabilidad de un medio tan reputado como el New York Times o El País. Content Creators en los que confiamos (muchas veces a ciegas) por la cercanía y la confianza que nos transmite el hecho de que:

  • “Hace años que le sigo, es como de la familia”
  • “Me hace reír”
  • “Lo explica todo de forma muy sencilla”
  • “Es un experto y lo de ser influencer es solo su hobby”
  • “Prefiero que me lo cuenten a leerlo”

Y esa es otra de las claves. La imagen. Está claro que no es lo mismo leer una reseña en Google con cuatro fotos adjuntas, que entrar al restaurante de la mano de tu TikToker de confianza hasta la cocina y que te cuente en menos de un minuto porqué vale o no la pena cenar allí con tu pareja.

Los Centennials o Gen Z son una generación fundamentalmente visual con un attention span que no llega a los 10 segundos. Usar cualquier otra herramienta que no sean sus propias redes sociales para hacer una búsqueda sería como echar el freno de mano en mitad de la autopista a 200Km/h. Frenazo absurdo y accidente potencialmente mortal (de aburrimiento). “¡Cuéntamelo cantando!”

No importa lo que cuenten, lo importante es que tu atención permanezca puesta en la pantalla porque en ese mini-juego que tienes de fondo parece que vaya a suceder algo de un momento a otro. Es lo único que consigue mantener la atención de los jóvenes para que puedan casi de forma inconsciente retener la info que una voz robótica va leyendo de las cartelas que se sobreponen en la pantalla.

Uno de los formatos más locos para transmitir información a la Gen Z sin que se pongan a bostezar son los videos que hemos denominado “Retainers”. Los Retainers** son cápsulas audiovisuales absolutamente anodinas en las que un círculo salta de cubo en cubo tratando de no caer al vacío mientras una voz generada por la IA te habla de cualquier cosa, desde la reproducción de las avispas asiáticas en cautividad, al conflicto armado palestino-israelí pasando por la conspiración de cómo la muerte de JFK fue simulada por dos extraterrestres del área 51.

¿Absurdo? Puede. ¿Hipnótico? Al máximo. “Modern problems require modern solutions”. Y TikTok e Instagram con sus reels han sabido dar respuesta a la necesidad de búsqueda y absorción de información de una generación absolutamente visual, digital y alejada de la vieja “buena reputación” de los medios tradicionales que los motores de búsqueda sirven en bandeja.

Espabila, Google, espabila.  

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